Alimentos locales y de temporada: el primer paso para una alimentación saludable y sostenible.

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Por: Vanessa López / 30 agosto 2022

En los últimos años se está dando a conocer la importancia de la producción y consumo de alimentos locales y de temporada. Ambos conceptos forman parte de una alimentación saludable y sostenible; por lo tanto, inauguramos esta sección abordando dichos conceptos.

Foto: Productores de cacao / Agroferias campesinas.

Según la FAO, la forma en la que producimos y consumimos nuestros alimentos no solo afecta la salud de las personas (una alimentación inadecuada es uno de los 10 factores de riesgo de morbilidad a nivel mundial), sino que también afecta al medio ambiente. La producción de alimentos representa el uso del 48% de los recursos de la tierra y el 70% del agua del mundo. Si a esto sumamos todos los demás factores que forman parte de los estilos de vida y de los patrones de alimentación y consumo de la población, entendemos que la sostenibilidad del sistema de producción de alimentos actual debe cambiar hacia dietas más sostenibles y saludables, de bajo impacto ambiental, que sean social y culturalmente aceptables, accesibles, que permitan alimentar a la generación actual y a las venideras.

El principio 14 de las dietas saludables sostenibles de la FAO y OMS, nos habla sobre el respeto a la cultura, las prácticas culinarias, los conocimientos, los patrones de consumo, y la forma de producir y consumir los alimentos dentro de la comunidad; este principio es el que podemos vincular directamente a la práctica de una alimentación local y de temporada.

Asimismo, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria – SENC, sugiere que, para mantener una compra saludable y comprometida, se debe priorizar los alimentos frescos, de proximidad (locales), de temporada, de fabricación nacional, y que vengan directamente del productor.

Entonces ¿Qué significa mantener una alimentación local?

El Departamento de agricultura de los EEUU define a un alimento o producto local como: “Un producto alimenticio que se cultiva, produce, almacena, procesa y distribuye en la localidad o región en la que se comercializa el producto final; con un viaje o trayecto menor a las 400 millas (640 km) del origen del producto”. Ello incluye las ventas directas al consumidor y las intermediarias (distribuidores o centros de alimentos), a restaurantes, supermercados, escuelas, universidades, hospitales, etc.

Recientemente, y a propósito de la pandemia, se ha visto que las diversas tecnologías digitales han permitido la creación de lo que algunos denominan como ”cadenas cortas inteligentes” las que pueden ser una herramienta que dinamice aún más los mercados locales, pues permitiría a los agricultores y pequeños productores acercarse a más clientes (empresas o familias) cualquier día de la semana. En este sentido, la proximidad no solo sería una dimensión geográfica o espacial, sino un concepto más amplio, buscando “acercar” a los consumidores y a los agricultores, a pesar de la distancia física.

Por otra parte, los alimentos “de temporada” son los que se producen en una época específica del año, encontrándose disponibles, de manera natural, solo durante algunos meses, llegando a los mercados en un momento óptimo de maduración. Estos alimentos son más frescos, de mejor sabor y conservan sus propiedades nutricionales originales. Aquí podemos incluir también a las especies de pescados y mariscos, que tienen las tallas mínimas requeridas para que la pesca sea sostenible, respetando las vedas de tal forma que la especie no corra riesgos.

“Un producto alimenticio que se cultiva, produce, almacena, procesa y distribuye en la localidad o región en la que se comercializa el producto final; con un viaje o trayecto menor a las 400 millas (640 km) del origen del producto” – USDA.

Yanina Loayza cosechando betarragas
Foto: Yanina Loayza cosechando betarragas en el Valle del Chillón
/ Agroferias Campesinas.

Más que una compra, una experiencia

Participar en mercados de compra directa al agricultor, es mucho más que un simple intercambio económico, también es un intercambio de valores sociales. Al crear mayores compromisos con la participación cívica, la salud y el medio ambiente, los mercados de productores locales se convierten en lugares donde interactuar con las productoras y productores que cultivan dichos alimentos.

Para ello es necesario establecer diferentes estrategias que faciliten la producción local, las cuales van desde preservar tierras de cultivo, incentivar la agricultura urbana y periurbana, los huertos familiares y la producción a pequeña escala.

«Consumir más alimentos locales ayuda a construir un sentido de comunidad y forma parte de nuestra identidad nacional»

Es preciso promover espacios donde los agricultores puedan vender sus productos directamente a la población, crear políticas de compras directas de alimentos de la agricultura familiar para los programas estatales, las cadenas hoteleras o de restauración, establecer espacios en mercados y supermercados para los productos locales, dando a conocer sus beneficios e incentivando su consumo mediante una adecuada educación alimentaria y nutricional, promoviendo  ferias gastronómicas con productos locales y tradicionales, entre otras acciones

Foto: Henry Fernández, productor de papas nativas de Huánuco / Agroferias Campesinas.

«Uno de los resultados de una adecuada educación alimentaria y nutricional, con un enfoque de sostenibilidad, es que las comunidades hacen uso de sus alimentos tradicionales y locales.«

Promover una alimentación local, no solo abarca a países poseedores de tanta diversidad como Perú, sino también a otros de limitada producción. Por ejemplo, un proyecto muy interesante de FAO este 2022 fue el de realizar un concurso de cocina para chefs profesionales, usando solo alimentos locales bajo el lema “Piensa local, compra local, come local”, cuyo propósito era fomentar la producción y consumo de alimentos locales en Omán, país que importa la mayoría de los alimentos que consumen por sus difíciles condiciones climáticas, pero que poco a poco esta empezando a producir sus propios alimentos. “Cuanto más compremos productos alimentarios locales, más se producirán, y se espera que puedan competir con los productos importados y finalmente sustituirlos, reduciendo nuestra dependencia de los productos importados”, dijo Mohamed Shamis Al Rawahi, uno de los principales organizadores del evento.

Foto: Productoras de Manchay / Agroferias Campesinas

El impacto de consumir alimentos locales y de temporada

En los últimos años hemos visto cómo han crecido las cadenas cortas de comercialización, los mercados de productores, las ferias agroecológicas, los mercados itinerantes, incluso las plataformas de compra online (de venta directa), entre otras; en los cuales los consumidores pueden comprar los productos directamente a los agricultores, beneficiando económicamente al pequeño productor quien tendría un precio más justo por sus productos, puesto que existen menos intermediarios en el proceso, sin alterar demasiado el precio al consumidor final; además, el consumidor accede a un producto de mejor calidad y más fresco.

«El beneficio económico de las cadenas cortas de comercialización radica en la posibilidad de acceder a precios más justos, a alimentos más frescos, permite crear nuevos puestos de trabajo dinamizando la economía local.»

Por lo general, en estos mercados (como los de las agroferias campesinas o los mercados de Minagri “De la Chacra a la Olla”), proporcionan alimentos cercanos y de temporada; es decir, comercializan los alimentos que se han producido en un determinada zona y época del año, por las características climáticas del mismo (verano o invierno, época de lluvia o época seca) y unido a una adecuada educación alimentaria, permite que esta forma de compra impacte positivamente en la formación de hábitos ligados a una alimentación saludable y sostenible.

Otro de los beneficios de tener una alimentación local y de temporada, es que tiene un menor impacto ambiental, pues disminuye el transporte de los productos, el cual es el responsable de un porcentaje importante de la generación de los GEI (gases de efecto invernadero) en la producción de alimentos, ahorramos energía y recursos (derivados de la producción, almacenamiento, refrigeración, transporte, procesamiento, empaque y comercialización), los productos no necesitarán usar demasiados embalajes, sino es que ninguno; aunque el mayor aporte de los GEI vienen de los alimentos de origen animal y del sistema de producción per sé, pero es un tema que trataremos con mayor detalle en otra oportunidad.

Y, para los consumidores, los beneficios se encuentran en la adquisición de productos más frescos, de buena calidad, de mejor sabor, de temporada y a un buen precio; crean relaciones de confianza con el productor y pueden conocer un poco más del alimento que llevan a casa.

En conclusión

Consumir alimentos locales y de temporada, nos permite formar parte de la transformación hacia sistemas agroalimentarios más saludables y sostenibles, mejorando la producción, la alimentación de la población, impactando positivamente en el medio ambiente y contribuyendo a una vida más digna para nuestros agricultores.

Foto: Agroferias campesinas

Autor: Vanessa López Vera – Educación Alimentaria y Nutricional


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